¿Por qué debo hacer ejercicio en tiempos de Covid-19?

¿Por qué debo hacer ejercicio en tiempos de Covid-19? 10

Introducción

Son tiempos de pandemia y una de las cuestiones que más puede inquietarnos es la posibilidad de que al contraer el Covid-19, nuestro cuerpo pueda hacerle frente o por el contrario, nos veamos sobrepasados por este virus. En este artículo, veremos qué beneficios nos aporta el ejercicio físico (principalmente de fuerza) ya sea ante un posible contagio o una vez pasada la enfermedad.

Covid-19 y ejercicio físico

El Covid-19 es la enfermedad que produce la infección por un determinado coronavirus. Esto produce un enfrentamiento entre nuestro sistema inmunitario y el virus, (Ver artículo completo aquí: https://www.trainerclub.es/blog/covid-19-tiempos-de-guerra), y ante tal enfrentamiento quedarían dos opciones, o debilitar el virus o fortalecer nuestra respuesta inmunitaria. De momento, las vacunas no están a nuestra disposición  y forma parte de la primera opción, ya que es la inoculación del virus debilitado o sintéticos similares, así que nos queda la segunda opción, mejorar nuestro sistema inmunitario.

Nuestro sistema inmunitario se correlaciona con nuestro estado físico general, por lo tanto si mejoramos nuestra salud, también lo haremos con nuestro sistema de protección.  La siguiente cuestión es ¿cómo podemos mejorar nuestra salud y por ende, nuestro sistema inmunitario?

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Imagen 1. Ejercicio de estabilización central.

El ejercicio de fuerza, la clave de tu salud

La salud es multifactorial, depende de muchos factores como son los factores físicos, psíquicos, sociales, ambientales, etc.  Desde la perspectiva del preparador físico, las competencias son claras, aquellas con relación al estado fisiológico, donde tenemos la posibilidad de incidir directamente con nuestra mejor herramienta,  EL MOVIMIENTO. 

¿Qué beneficios me aporta el ejercicio físico?

El ejercicio de fuerza influye en nuestro estado fisiológico. Dejando a un lado los beneficios artromusculares (aumento de la movilidad, disminución de hipertonicidad o hiperlaxitud, corrección de desequilibrios articulares, etc.)  nos centraremos en los beneficios sistémicos. A continuación se citan los beneficios sobre nuestra salud que nos proporciona el ejercicio físico de fuerza.

  • Mejora de la inflamación crónica: Uno de los aspectos más importantes, ya que el Covid-19 aumenta el estado inflamatorio, que si ya es alto en el sujeto, el pronóstico será más grave (1).
  • Aumenta el EPOC y el metabolismo basal: Al tratarse de un virus con entrada por vías respiratorias, uno de los grandes  perjudicados es el sistema cardiopulmonar. El ejercicio aumenta la capacidad cardiorrespiratoria, haciendo más eficiente nuestro consumo de oxigeno (2).
  • Mejora del perfil lipídico e hipercolesterolemia. El exceso de tejido graso proporciona al organismo citoquinas proinflamatorias de forma constante, lo cual genera un ambiente pro-inflamatorio (3).
  • Disminución de la tensión arterial: El ejercicio físico es un aliado de la mejora cardiovascular. El estrés agudo que produce resulta muy beneficioso para su funcionamiento y aumenta la esperanza de vida (4).
  • Mejora la sensibilidad a la insulina: Según las últimas investigaciones, parece que los sujetos con problemas derivados de la insulina tienen peor pronóstico ante el Covid-19. El ejercicio físico mejora la sensibilidad de la fibra muscular a la glucosa, lo cual supone un descenso del nivel plasmático de esta. Además, también hace más eficiente a la fibra ante una menor presencia de insulina (5).
  • Aumenta la masa muscular: Hay que recordar que la masa muscular no solo se involucra en el movimiento, sino que se puede considerar como un tejido endocrino, ligado a procesos de vital importancia como la regulación de la glucosa, la eyección de citoquinas antiinflamatorias, etc.
  • Aumenta la síntesis mitocondrial: Ligada a la función respiratoria y la utilización de oxigeno vía celular (6).
  • Disminución del estrés oxidativo: El ejercicio físico de fuerza produce un estimulo que favorece la capacidad antioxidante frente a los radicales libres, lo cual influye en la reducción del envejecimiento celular (7).
  • Reducción de grasa visceral: La grasa visceral en exceso supone un aumento de riesgo de muerte por cualquier causa. Además, de ser una fuente pro-inflamatoria como se citó anteriormente (8).
  • Mejora de la cognición y la depresión: El ejercicio supone un aprendizaje y un estimulo del sistema nervioso. Entre los aspectos negativos del Covid-19 están siendo los problemas derivados del aislamiento y la reducción de la interacción social (9).
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Imagen 2. Ejercicio de fuerza monopodal

Estos posiblemente son los beneficios del ejercicio físico de fuerza que se relacionan directamente con nuestra respuesta ante el covid-19. Otros beneficios podrían estar relacionados también como la mejora de los niveles hormonales, la disminución de la lipotoxicidad, mejora de la densidad ósea, sensibilización a la leptina, mejora en la oxidación de grasas… ¿necesitas más razones para realizar ejercicio físico de fuerza?

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Conclusión

Después de ver la apabullante cantidad de beneficios que proporciona el ejercicio físico, y concretamente el ejercicio de fuerza, resulta fundamental en los tiempos que nos han tocado vivir, ya que la mejora de nuestro estado de salud de una forma global no es posible sin el movimiento. Así que primero, muévete bien, después muévete más y por ultimo muévete “con fuerza”.

Referencias

  1. Suzuki K. Chronic Inflammation as an Immunological Abnormality and Effectiveness of Exercise. Biomolecules. 2019 Jun 7;9(6):223. doi: 10.3390/biom9060223. PMID: 31181700; PMCID: PMC6628010.
  2. Børsheim E, Bahr R. Effect of exercise intensity, duration and mode on post-exercise oxygen consumption. Sports Med. 2003;33(14):1037-60. doi: 10.2165/00007256-200333140-00002. PMID: 14599232.
  3. Mann S, Beedie C, Jimenez A. Differential effects of aerobic exercise, resistance training and combined exercise modalities on cholesterol and the lipid profile: review, synthesis and recommendations. Sports Med. 2014 Feb;44(2):211-21. doi: 10.1007/s40279-013-0110-5. PMID: 24174305; PMCID: PMC3906547.
  4. Carpio-Rivera E, Moncada-Jiménez J, Salazar-Rojas W, Solera-Herrera A. Acute Effects of Exercise on Blood Pressure: A Meta-Analytic Investigation. Arq Bras Cardiol. 2016 May;106(5):422-33. doi: 10.5935/abc.20160064. Epub 2016 May 6. PMID: 27168471; PMCID: PMC4914008.
  5. Kirwan JP, Sacks J, Nieuwoudt S. The essential role of exercise in the management of type 2 diabetes. Cleve Clin J Med. 2017 Jul;84(7 Suppl 1):S15-S21. doi: 10.3949/ccjm.84.s1.03. PMID: 28708479; PMCID: PMC5846677.
  6. Drake JC, Wilson RJ, Yan Z. Molecular mechanisms for mitochondrial adaptation to exercise training in skeletal muscle. FASEB J. 2016 Jan;30(1):13-22. doi: 10.1096/fj.15-276337. Epub 2015 Sep 14. PMID: 26370848; PMCID: PMC6137621.
  7. Korsager Larsen M, Matchkov VV. Hypertension and physical exercise: The role of oxidative stress. Medicina (Kaunas). 2016;52(1):19-27. doi: 10.1016/j.medici.2016.01.005. Epub 2016 Jan 29. PMID: 26987496.
  8. Xiao T, Fu YF. Resistance training vs. aerobic training and role of other factors on the exercise effects on visceral fat. Eur Rev Med Pharmacol Sci. 2015 May;19(10):1779-84. PMID: 26044220.
  9. Carek PJ, Laibstain SE, Carek SM. Exercise for the treatment of depression and anxiety. Int J Psychiatry Med. 2011;41(1):15-28. doi: 10.2190/PM.41.1.c. PMID: 21495519.

ÁNGEL RODRÍGUEZ

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