¿Calidad o cantidad?

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Introducción

Cuando se realiza un movimiento concreto, la activación neuromuscular puede variar sustancialmente de un sujeto a otro. Tradicionalmente medimos la fuerza que genera (cantidad) centrándonos en “cuánto” y dejando de lado el “cómo” se realiza el movimiento (calidad). En este artículo vamos a centrarnos en una compensación típica que resulta de una pobre calidad de movimiento con todo el potencial riesgo de lesión y/o dolor que acarrea.

Análisis clásico del movimiento

Desde el manual de pruebas de valoración de Kendall (1), los test de medición de fuerza muscular se han basado más en la cuantificación que en la calidad del mismo. En la imagen 1 se observa una medición  de extensión de cadera con objeto de evaluar la activación glútea. En principio podríamos pensar que la valoración es idónea puesto que el glúteo mayor es extensor de cadera. Sin embargo, la extensión de cadera no es solo una acción del glúteo mayor, sino que como ocurre en cualquier movimiento, existen varios actores implicados, desde el despegue del suelo a través del músculo flexor del dedo gordo, soleo, isquiosurales, erectores espinales, cuadrado lumbar…hasta terminar en la extremidad contralateral.  A la derecha se observa como la cuantificación es el objetivo en este empuje de cadera.

Valoración de la calidad de movimiento

Si traducimos esta medición en la etensión de cadera a un ejercicio podríamos utilizar la extensión de cadera mediante glute bridge o hip thrust, ejercicios muy utilizados para la optimización glútea. En ausencia de un electromiógrafo que nos diera una información más detallada, la extensión de cadera debe tener una secuencia de activación en el plano sagital de glúteo mayor en primer lugar, seguidos de  isquiosurales y erectores espinales. Un patrón alterado dará lugar a un retardo en la activación glúteo mayor y una activación temprana de erectores y/o isquiosurales. El peor de los escenarios es la sobreactivación del mismo erector espinal ipsilateral e incluso la cintura escapular contralateral. En esta situación, la totalidad del control motor cambia. Se observa poca o ninguna extensión de cadera y la elevación de la pelvis se consigue a través de una inclinación pélvica anterior e hiperlordosis consecuente de la columna lumbar, algo que sin duda genera compresión en columna lumbar (2).

Cuando la extensión de cadera se produce de forma unilateral, las compensaciones de movimiento pueden ser más evidentes. En la imagen 3, se observa la participación desde el complejo del hombro contralateral, donde tiene origen el movimiento en una alteración severa de movimiento.

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Imagen 3. A la izquierda, extensión de la cadera izquierda limitada. Se observa una elevación mayor en la cadera contraria, y un inicio de empuje desde la cadena cruzada posterior superior, es decir desde el hombro contrario. A la derecha, leve compensación en la  abducción de la cadera derecha, pero extensión más óptima.

Evaluación de la extensión de cadera

Para conocer que está ocurriendo en las imágenes previas, debemos valorar la extensión de cadera mediante la cualificación del movimiento y no la cuantificación. Es posible que incluso midiendo la fuerza que aplicar la chica de la imagen 3 con ambas caderas, diera como resultado un número de Nw similares, por lo menos hasta cierto rango, pero lo que resulta evidente es que no va a generar esa fuerza del mismo modo, es decir con la misma activación y control neuromuscular. Para conocer de forma manual cuál es el patrón de activación, podemos usar  este test den decúbito prono que nos informará de su patrón de extensión en torno a la pelvis (3).

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Uno de los factores más importantes en el control neuromuscular es la posición pélvica. La activación glútea se va a ver afectada por una inclinación anterior, dejando en elongación al tejido, algo que puede retrasar su activación, ya que al sistema nervisoso “prefiere” la activación neuromuscular de aquel que presenta mayor hiperactividad y/o acortamiento, es decir isquiosurales o erectores espinales. Por otro lado, la inclinación posterior de la pelvis facilita la contracción glútea, pero puede llegar a producir “gripping” o dificultad para volver a un tono basal menor, más apropiado en sus fibras inferiores (4). 

Conclusión

Más allá de la cuantificación de las cargas, bajo nuestro punto de vista, debemos potenciar la calidad  del movimiento, ya que nuestra forma de movernos puede ser determinante como modelo de salud  y rendimiento, ya que no existe menor rendimiento que el de un lesionado. Respecto a la salud articular y su biomecánica otro factor determinante es el dolor.  El dolor es un antagonista de la salud y el rendimiento. Muévete bien, y después…

Bibliografía

  1. Kendall, F. P., McCreary, E. K., Provance, P. G., Rodgers, M. M., & Romani, W. A. (2005). Muscles: Testing and function, with posture and pain (Kendall, Muscles). Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins
  2. Liebenson, C. (1999). Manual de rehabilitación de la columna vertebral (Vol. 88). Editorial Paidotribo.
  3. Sahrmann, S. (2006). Diagnóstico y tratamiento de las alteraciones de movimiento (Vol. 88). Editorial Paidotribo.
  4. Frank, C., Kobesova, A., & Kolar, P. (2013). Dynamic neuromuscular stabilization & sports rehabilitation. International journal of sports physical therapy8(1), 62.


ÁNGEL RODRÍGUEZ

Entrenador Personal en Granada