Cicatrices y Fisioterapia

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La piel es el órgano más grande del cuerpo. Se trata de un tejido activo y elástico que nos protege de la luz, las tensiones externes externas y las infecciones, que controla la temperatura corporal y que acumula grasa y agua.

Cualquier lesión ocasionada en su superficie, desencadena en un conjunto de fenómenos que llevan a la cicatrización de los tejidos dañados, resultando en una cicatriz más o menos perfecta. En el primer caso hablamos de cicatrices normotróficas y en el segundo caso de cicatrices atróficas, hipertróficas y queloides.

Este proceso de cicatrización depende del tamaño y tipo de herida, de la presencia o ausencia de infección, de la localización y de la vascularización de la región afecta (cura antes las heridas en áreas bien vascularizadas y con menos tensión cutánea).

Las cicatrices normotróficas están confinadas a los márgenes de la herida y tienden a aplanarse progresivamente.

Las cicatrices atróficas se encuentran hundidas porque, aunque mantienen la continuidad a nivel superficial (epidermis), la pierden a nivel superficial (dermis). Su coloración es rosada o blanquecina debido a la pérdida de proteínas como colágeno y elastina.

Las cicatrices hipertróficas y queloides representan claras alteraciones de la cicatrización caracterizadas por deformaciones del tejido y por la presencia de una cantidad exagerada de colágeno y una alineación aleatoria de sus fibras. Además de provocar problemas estéticos, pueden generar limitaciones funcionales del movimiento, alteraciones en la sensibilidad de la piel, picor y dolor.

Las cicatrices hipertróficas se encuentran sobreelevadas, respetan los bordes de la herida y pueden desaparecer o, al menos, disminuir espontáneamente con el tiempo.

No sucede igual con los queloides, que son firmes e irregulares y de coloración rosada, violácea o muy oscura, que rebosan los bordes de la herida y que no reducen ni desaparecen en el tiempo.

Tratamiento de fisioterapia

Existen estrategias de prevención que incluye evitar la exposición al sol empleando cremas solares de protección total, realizar una correcta higiene y una adecuada hidratación con crema o aceite como el de rosa mosqueta, evitar tensiones mecánicas, aplicar geles o tiras de silicona.

Es fundamental el tratamiento de fisioterapia para tratar la cicatriz y dar movilidad al tejido, evitando su retracción y con ello la formación de adherencias o eliminando las mismas una vez se han formado. Estas adherencias son bandas de tejido similar al tejido cicatricial que proliferan en la cicatriz a veces sin control, haciendo que los tejidos dispuestos en diversos planos se adhieran entre sí y pierdan la capacidad de deslizarse, vean limitada su movilidad y alterada su función. Por eso, es tan importante el tratamiento de fisioterapia para evitar esto.

Una cicatriz con adherencias puede provocar picor, aumento o disminución de sensibilidad, hormigueo o tirantez, dolor, coloración diferente y restricción de movilidad.

Maniobras de fisioterapia

  • Masaje transveso profundo y superficial: intentando despegar arriba-abajo, izquierda-derecha, círculos, zig-zag, presión deslizante paralela a la cicatriz, pellizcos, pinzado rodado longitudinal y transversal.

Su fisioterapeuta le puede enseñar alguna de estas técnicas para que pueda hacerse automasaje en casa.

  • Masaje miofascial.
  • Kinesiotape.
  • Láser, ventosa o diatermia.

Además, es muy importante la hidratación con aceite de rosa mosqueta o crema regeradora con vitamina E.

Todo ello para que la cicatriz quede lo mejor posible y no ocasione problemas futuros. Si tiene alguna duda, consulte con su fisioterapeuta.

Bibiliografía:

  • Dinamicafisioterapia.com.
  • Carmasalud.com.

MARINA GARRIDO

Rotura del Ligamento Cruzado Anterior 1581 1

Fisioterapeuta