Accidente cerebro vascular o ACV: consejos prácticos

Accidente cerebro vascular o ACV: consejos prácticos 32

El accidente cerebro vascular (ACV) o ictus (palabra latina que significa golpe o ataque súbito), ahora llamada Enfermedad cerebro vascular (ECV), representa la tercera causa de mortalidad en los países industrializados y constituye el principal motivo de incapacidad neurológica en los países occidentales.

Después de un accidente cerebro vascular, parte de nuestro cuerpo no responde a las órdenes que le enviamos. Por eso, tenemos que acudir a los especialistas y comenzar cuanto antes la fisioterapia. En este artículo, como Fisioterapeuta en Granada, les dejo una serie de consejos prácticos que puede realizar en casa, complementando su terapia y logrando que su evolución sea más favorable.

El accidente cerebro vascular o ictus, según la Organización Mundial de la Salud, designa una serie de “signos clínicos de desarrollo rápido de una perturbación focal de la función cerebral de origen presuntamente vascular y de más de 24 horas de duración”. Quedan excluidos aquellos casos en los que la recuperación se produce dentro de esas 24 horas denominados entonces ataques isquémicos transitorios (AIT).

El cerebro es un órgano único por el hecho de que las neuronas dependen de un aporte sanguíneo continuo ya que su metabolismo es aerobio casi exclusivamente. Esto significa que para producir energía necesita un aporte continuo de oxígeno y glucosa que llega a las neuronas por la sangre arterial. Si el cerebro es privado de sangre, se pierde la conciencia en segundos y se produce daño permanente en minutos.

La principal causa de un ACV o ictus es la obstrucción de estos vasos sanguíneos que puede desencadenar una hemorragia por rotura de estos vasos. La hemorragia ejercerá presión en algunas zonas del cerebro y ocasionará la falta de oxígeno en la misma, disminuyendo de forma importante la función que esa zona controla en el cuerpo. Así se producen las manifestaciones clínicas del ictus.

Manifestaciones clínicas y consejos prácticos

Las personas que sufren un ictus pueden presentar todas o algunas de las manifestaciones clínicas según el tipo de ictus. En las lesiones cerebrales lo principal es reeducar al cerebro en las acciones que perdió después del ACV. Esto se produce gracias a su plasticidad neuronal. Por ello, los ejercicios se deberán practicar diariamente.

  1. Hemiplejía (parálisis de un lado del cuerpo o hemicuerpo)

O hemiparesia que es cuando existe movimiento pero con mucha debilidad. Se produce en el lado contrario de donde se produjo la lesión. No pueden mover con facilidad un brazo, la pierna o un lado de la cara o todo un lado del cuerpo. Los ejercicios deben realizarse diariamente y la repetición del movimiento es importante para aprenderlo de nuevo.

La sensibilidad también suele estar alterada para sentir frío o calor, diferentes texturas.

Para las actividades de la vida diaria, el lado afecto es el que debe comenzar a utilizar,con ayuda del lado sano, en ocasiones, con mucha dificultad.

Puede practicar los siguientes ejercicios:

  • Acostado en la cama y para facilitar el paso a sentado, rote su cuerpo hacia el lado sano primero y luego al afecto imitando al sano.
  • Para pasar a sentado: ponerse de lado sobre el lado afecto, apóyese con el lado sano para levantarse, sentándose al borde de la cama. Baje las piernas y luego empuje con la mano para llevar el tronco a sentado.
  • Sentado, con las manos entrelazadas y codos estirados, levante los brazos hasta donde pueda manteniendo los codos estirados.
  • Sentado con manos entrelazadas y codos estirados, coloque las manos a la altura de los hombros al frente, rote su tronco hacia la izquierda y derecha hasta donde su tronco lo permita y no pierda la posición de los brazos.
  • Con pies apoyados en el suelo, lleve manos entrelazadas al frente todo lo que pueda acompañándolo con cabeza y tronco hasta despegar el trasero y levantarse. Vuelva a sentarse de este modo y repítalo. Es un buen ejercicio para fortalecer piernas y posibilitar la marcha.

Estos ejercicios se deberán repetir 10 veces, varias veces al día. Son complemento de la fisioterapia que debería estar recibiendo. Siempre consulte con su fisioterapeuta especialista para saber si puede hacer los ejercicios sin supervisión.

  1. Alteración de la sensibilidad

Tanto superficial: térmica, texturas, presiones, densidad, peso, tamaño y forma de un objeto. Como profunda (propiocepción): posición articular, tensión y longitud muscular afectando a los movimientos normales funcionales, el equilibrio y la coordinación.

Primero se debe recibir los estímulos sensitivos superficiales en el lado sano y luego en el afecto. Respecto a la profunda, se debe trabajar delante de un espejo, tomando conciencia de la posición del miembro.

  1. Alteración del tono postural

La hipertonía es un aumento del tono y su máximo grado es la espasticidad. Significa que esa zona del cuerpo está fija en una posición y le cuesta realizar otro movimiento fuera de esa posición.

La hipotonía o disminución del tono conlleva flacidez o debilidad para realizar cualquier movimiento cuesta mucho hacerlo sintiendo esa parte del cuerpo muy pesada.

Si tiene hipertonía, los movimientos deben ser lentos y controlados. Vendrá bien relajar el miembro antes de hacer el movimiento.

Si se tiene hipotonía, estimule la buena ejecución del movimiento, aumentando la movilidad progresivamente. Debe ser supervisado por su especialista.

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  1. Movimientos involuntarios (sincinesias)

Son movimientos involuntarios que se producen de modo repetitivo o asociado con otros movimientos que si son voluntarios y conscientes. No tiene ejercicio específico y solo puede tratarlo su fisioterapeuta. El paciente podrá determinar en qué momento aparece e intentar que no aparezcan voluntariamente.

  1. Trastorno del lenguaje (afasia/disfasia)

Puede ser de expresión, compresión, conducción o mixta. Esto dificulta seguir órdenes para realizar ejercicios así como su desorientación. Se debe comenzar desde lo más básico. Recuerde que el tratamientode las lesiones cerebrales consiste en reeducar lo perdido. Es esencial la terapia del lenguaje con un especialista.

  1. Alteración de la marcha

La dificultad para caminar se debe a la alteración del tono, la falta de actividad, falta de equilibrio y coordinación. Cuando se ha conseguido el control de tronco en sedestación y bipedestación, es cuando se está preparado para andar.

  • Agarrado de una ventana o reja, se colocará en frente, cogida a ella y levantará una pierna y otra de forma alternativa. Esto permitirá la transferencia del peso de su cuerpo de una lado a otro, igual al que sea realiza al caminar. Al principio solo se despegará un poco del suelo para ir aumentando progresivamente.
  • En la misma posición que el anterior, doble ligeramente las dos rodillas y estira, iniciando la sentadilla. Se trabaja la fuerza y el control muscular de miembros inferiores.
  • De lado agarrado a la reja, dibuje círculos con el piso con un pie y luego cambie de pie y hágalo con el otro. Este sirve para trabajar el equilibrio.

Otros síntomas que se pueden dar:

-Alteraciones de la vista.

-Déficit cognoscitivo como incapacidad de realizar movimientos (apraxia), incapacidad de reconocer estímulos aprendidos (agnosia), incapacidad de reconocer todo estímulo que venga del lado afecto (heminegligencia).

                        -Trastornos de las funciones excretoras.

                        -Cambios de personalidad, labilidad emocional.

            Consejos generales:

  • Importancia de la terapia ocupacional.
  • Trabajar siempre en posición adecuada.
  • Favorecer la independencia y la movilidad.
  • Planificar las actividades de la vida diaria para facilitar la autonomía y permitirle mirar a través de su lado afecto hacia la actividad.
  • El cuarto de baño ha de ser amplio y con ayuda que le permita manejarse mejor.

En conclusión, el ictus o enfermedad cerebro vascular puede suceder en cualquier parte del cerebro. No todas cursan con la misma sintomatología por lo que deben ser tratados por un equipo multidisciplinar que evaluará la mejor rehabilitación adaptada al paciente. Su recuperación llegará a un punto en la que el paciente deberá colaborar más y realizar los ejercicios indicados por el especialista. El proceso de recuperación es lento y por fases y debe ir recuperando capacidades para seguir trabajando las siguientes. La paciencia y el trabajo no debería faltar.

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Bibliografía:

  • Bisbe, Santoyo, Segarra: ´Fisioterapia en neurología: procedimientos para restablecer la capacidad funcional”.

Marina Garrido

Fisioterapeuta en Granada